Nuestra vida es como un largo, desconocido e incierto camino que debemos recorrer para cumplir con nuestra Misión de Vida. Este camino tendrá todo el aprendizaje que necesitamos y pactamos para evolucionar, pero el recorrido no será fácil, sin duda que valdrá la pena, pero no siempre lo recordaremos.
En este sendero iremos avanzando a nuestra meta y eso significa que tendremos nuevas rutinas, despedidas, bienvenidas, duelos, decisiones que tomar. Situaciones que negaremos y que nos costará sobrellevar. Espacios en el camino que no querremos soltar.
Haz una pequeña revisión de los últimos 3 años de tu vida, qué cambios significativos tuviste, puedes darte cuenta de la perfección del proceso, de lo que aprendiste y ganaste, entiendes para qué te paso aquello.
Cada una de estas transiciones nos moverá emocionalmente y nos sentiremos sin control, inestables, sobrepasados, confundidos e inciertos.
Debemos alinearnos con nuestra esencia, nuestra consciencia para sostenernos y habitarnos en esos momentos en que dejamos atrás una etapa y que comenzamos una nueva. Debemos ser valientes, compasivos y empáticos con nosotros mismos.
A medida que avanzamos, crecemos, evolucionamos y nuestra energía también puede ir mermando, lo que nos agotará más fácilmente. Nuestro Ser necesitará tiempo de ajuste.
Te recomiendo tener estos tips en consideración:
- Aplica en ti todo lo que te resuene para tener fortaleza
- Protégete de influencias externas que arruinan tu energía
- Confía en que todo pasará y que todo está bien
- Intenta mirar con objetividad lo que debes soltar y lo nuevo que debes esperar
- Recurre a alguna terapia que te alinee
- Acércate a la naturaleza
- Trabaja tu autocuidado, un masaje o un baño de inmersión, mucho descanso, mucha agua.
- Pide asistencia a tus Guías para que te acompañen
- Es difícil, pero mantén tu paciencia, sabiduría y tolerancia, recuerda situaciones anteriores similares.
- Recuerda que todo es para mejor