Cada vez que termines una relación de pareja o que tengas un quiebre importante, aprende a sanar.
Se necesitan tiempos de sanación para nosotros mismos, para los demás, para conocernos, para comprender el daño, para mirar el aprendizaje, para cambiar nuestra frecuencia.
Generalmente veo personas que le tienen miedo al dolor y a la soledad y en su búsqueda por sentir un poco de cariño y compañía inician otra relación a los pocos días o semanas pensando que esa nueva relación les dará todo lo que en la otra no tuvieron. No es así, están tapando el sol con un dedo, evadiendo el duelo, que es acumulativo y brotará cuando tengan otra pena… será más grande y profundo el dolor, por eso debemos darnos el tiempo de sacar ese dolor de nuestro ser, a cada persona le puede tomar distintos tiempos.
Una relación fallida nos ayuda a detectar nuestras propias conductas nocivas, saber para qué atraemos ese tipo de personas, saber qué es lo que no queremos en futuras parejas y nos ayuda a establecer límites en nuestro proceso de amor propio y de amor para los demás.
En la medida que continuamos evadiendo el dolor y su causa real, ocultando nuestra pena (sobre todo en redes sociales), dejamos de entender nuestro proceso y nos dañamos. Por esta razón nos llegan parejas con los mismos patrones, las mismas discusiones, los mismos conflictos y nos preguntamos porque no podemos tener estabilidad.
El proceso de sanación y entendimiento tiene que ver con apreciar nuestras etapas de soledad, madurar nuestras incapacidades pasadas, concientizar sobre lo que verdaderamente anhelamos, conocer nuestros miedos, manías, celos y saber cómo trabajarlos.
En el momento que termines una relación de pareja comenzará tú propio tiempo, iniciarás un proceso de amor propio que en automático atraerá a ti parejas en la misma vibración y frecuencia de amor, estabilidad, confianza y madurez emocional.
Para el doloroso proceso te cuento algunos tips de ayuda:
Cuando tengas mucho dolor, te falte el aire y solo quieras llorar
- Llora
- Expresa el dolor de alguna manera
- sácalo de ti
- escríbelo
- cuéntaselo a una amiga
- pide ayuda profesional
- dúchate
- duerme…
todo esto aminora gradualmente esa puntada en nuestro corazón y afloja nuestro nudo en la garganta. Por sobre todo consiéntete, no te culpes, trátate con amor y respeto, para que puedas atraer exactamente eso a tu vida.