Cada día comienza con una ducha que limpie la energía del día y noche anterior y te renueve, limpie y refresque para el nuevo día.
Cada día haz tu cama, sacando toda la cobija, sacudiendo una a una cada capa y ordenando y revisando que quede ordenada y linda.
Ventila temprano en la mañana para evitar que tu casa se llene de calor. La ventilación es muy necesaria porque permite que el aire fluya sacando las vibraciones más pesadas y dejando entrar frecuencias más livianas. Si puedes crear “corrientes” de aire, tanto mejor, por al menos 40 minutos.
En Reiki nos enseñan a aplaudir de manera sonora para eliminar los parásitos y bichos etéricos de bajo calibre… Puedes hacerlo en las habitaciones o en las esquinas, incluso frente a ti, un aplauso bastará.
Ten agua limpia y fresca cerca de ti (velador, comedor, lugares donde pasas momentos) el agua absorbe las energías negativas y las encapsula… Muestra las cargas negativas cuando se forman burbujas. Ten cuidado de que tu mascota o alguna visita vayan a beber de estas aguas…Cambia cada mañana el agua, limpiando muy bien el recipiente y poniendo agua nuevamente.
Revisa closet, cajones, cocina y cada lugar de tu casa, ordenando y desechando todo aquello que ya no ocupas, de esta forma la energía no se estancará.
Evita las trampas en tu casa, me refiero a juguetes en el camino, muebles mal ubicados o acumulación de objetos, todo ello acumula energía negativa e impide que la energía positiva fluya por tu hogar.
Siempre es bienvenida una vela, incienso, palo santo, etc Recuerda intencionar al encenderlas y se consciente que el fuego transmuta lo negativo en luz.
La música, tu estado de ánimo, las plantas ayudan mucho a generar buenos ambientes, verdaderas zonas de confort.
Como siempre digo regálate un momento de reflexión, de ensimismamiento para alinearte y celebra todo lo agradable y también los aprendizajes de procesos más difíciles.
Comparte con tu familia, mascotas, amigos, para que se extienda tu luz.