Los cambios son la única constante en la vida, sin embargo, nos paralizamos ante el miedo a lo desconocido, guiados por una mirada pesimista y no aprendemos a enfrentarlos y esto nos causa frustración.  

Nos enseñan que necesitamos estabilidad, que solo con ella podremos sentirnos tranquilos en la vida, por eso anhelamos nuestras zonas de confort porque nos muestra que tenemos conocimiento y control en esa área. 

Estudiamos para tener un trabajo estable con un sueldo estable, tener una casa que en algún momento esté lista y perfecta para sentirnos tranquilos, pero por lo general cuando creemos que llegamos a ese momento algo sucede que se nos desmorona el mundo. 

Lo único seguro que existe en la vida es el cambio. Los planes que teníamos tienen que ser ajustados, nada es como lo habíamos visualizado, y lo más probable es que comencemos a frustrarnos. 

Solo hay una manera de enfrentar los cambios y esa es tomando consciencia de que todo cambia, confiando en nosotros y en la vida.  Forjando flexibilidad, adaptabilidad y tolerancia en los cambios para realizar los ajustes necesarios y no rendirnos ante la confusión 

 

Para esto es bueno 

  • Confiar en nosotros 
  • Confiar en la vida 
  • Confiar en que todo lo que pasa es parte de un plan perfecto 
  • Aplicar nuestra experiencia y aprendizajes similares 
  • Adaptarnos a los cambios 
  • Flexibilizar ante los cambios 
  • Aumentar nuestra tolerancia 
  • Integrar el color rojo a nuestra vida. 

 

Los cambios tienen muchas ventajas y es la motivación que recibe nuestro cerebro.  El demostrarnos a nosotros mismos que somos capaces de adaptarnos gracias a la Plasticidad cerebral que nos permite aprender y ajustarnos hasta el último minuto de nuestras vidas y siempre los cambios muestran un avance en nuestro camino. 

Así que a perderle el miedo y a plantearse desafíos para evolucionar de buena gana.